Por Mónica Cavallé Cruz
Hoy
en día, cuando se alude a los saberes últimos, aquellos que tienen aspiración
de radicalidad, es decir, que se orientan a la comprensión última de la
realidad, del ser humano y de su lugar en el mundo y a la realización de los
fines últimos de la vida, se tiende a pensar fundamentalmente en dos empresas
humanas: la filosofía y religión. A diferencia de lo que sucede en otras
disciplinas, forma parte de la propia naturaleza de la filosofía determinar qué
sea ésta, y no todos los filósofos coinciden a la hora de definir su
naturaleza, su objeto y su fin. Aún así, cabe reconocer ciertos elementos
habitualmente presentes en lo que convencionalmente se entiende en nuestro
contexto cultural por filosofía, que cabría resumir del siguiente modo: